jueves, 20 de diciembre de 2012

Érase una vez en Yahoo Respuestas

Yahoo Respuestas... Creo que no necesita demasiada presentación. Esta página se ha convertido en el mejor manual para la vida que existe en la red. Se nutre de la necesidad de respuestas de personas que atraviesan situaciones cuando menos, complicadas. 

Es por ello, y como este no es un blog sólo para descargar mis peroratas, que he decidido echarle "una ayudaíta" a parte de esa población que busca soluciones para su vida. ¿Me siguen? Como dirían los españoles (saludos a los que pierden minutos valiosos de su vida leyéndome), a por ellos.











Estimado Elocojofre: Hablar de aborto no es un tema sencillo, pero cuando le agregas el hecho de que sería llevado a cabo mediante una "ingeccion", pues eso lo hace todavía más difícil. Solución: ¡Más libro y menos andar tirando!

Entre otras cosas: cerca, saber, que, hice, porque, inyección, saber, que, tan, quiero.













Estimada Daniella: La solución a tu problema es muy simple. Despega el culo del mueble y deja de ver las novelas mexicanas. Maquíllate, sécate el cabello, échate la keratina si quieres. Ponte unas "Panty Miranda", un vestido corto y sal a la calle a ver que se te pega. No te aseguro que encontrarás al amor de tu vida, pero al menos dejarás de soñar pendejadas.










Estimado Édgar: Te ayudaría... pero de seguro mientras escribo esto, tu novia debe andar con la boca llena. ¡Suerte y Gaceta Hípica...!

Estimado Destripador: ¡Mis respetos!










Estimado Doctor Zizeante: La verdad no tengo certeza de que eso sea así, yo por ejemplo tengo 26 años y mido 1,65 y... wait a minute... (todo tiene sentido...).














Estimado ?: Haz que parezca un accidente.











Estimado Noteim: Un minuto de silencio por el pana que cayó en la "Friend Zone"... 

Nadie, léase "nadie", ha podido salir de la "Friend Zone". Suerte con eso.

Y como estos, hay muchísimas más. Anímense a contribuir con sus respuestas a nuestros amigos perdidos en Yahoo. Nos queda menos de un día en el planeta... hagamos algo útil.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Érase un peloterito

Para lo que quedé...

De este lado del mundo en el que nos encontramos, que llamamos Sudamérica, los venezolanos somos los renegados del grupo. En una porción de territorio dominada desde la pampa argentina hasta los cafetales colombianos por la pasión del fútbol, nosotros decidimos ver hacia el norte y nuestro pasatiempo nacional -aparte de la habladera de pendejada- es el béisbol.

El juego del bate y la pelota es para el nacido en estas tierras algo natural. Y la divina providencia nos ha dado la bendición de tener béisbol todo el año. En octubre comienza el torneo local, que se juega hasta enero. En febrero viene la Serie del Caribe, donde el campeón venezolano se mide a sus similares de Puerto Rico, República Dominicana y México. En marzo abren los campos de entrenamientos de Grandes Ligas. 

En abril arranca la temporada en los Estados Unidos, y termina en octubre... cuando arranca la nuestra. Y así se repite el ciclo, para malestar de las mujeres que resignadas terminan colocándose la gorrita de cualquier equipo e intentando aprender los insultos que con frecuencia su hombre dedica a cuanto pasa en la pantalla del televisor.

Por este fenómeno nacional, es que yo no escapé de tener que vestir un uniforme y saltar al campo en mis primeros años de vida, como cualquier niño venezolano promedio. Todos fuimos peloteritos.

La historia comienza con el sueño de gloria de un padre, que al ver nacer al varón de una se imagina como su representante, firmando un jugoso contrato con los Yanquis. El niño no ha aprendido a caminar cuando ya tiene toda la indumentaria: gorra, camisa, guante (marca Tamanaco), bate de madera y pelota. 

En lo que tiene edad suficiente para mover a voluntad los brazos, el papá lo lleva al parque a tomar roletazo y aprendemos palabras mal castellanizadas como "quechar", "esprín", "guainop". 

Al cumplir cuatro años, inmediatamente después de soplar las velas, ya el niño está frente al entrenador del equipo infantil más cercano. Un señor mayor que alguna vez jugó béisbol, pero que no llegó "porque la gente es muy envidiosa". Junto a otros de su misma situación, llegó el momento de que el niño complete la transformación en pelotero.

El padre orgulloso cambia el guante Tamanaco de plástico por un Rawling, compra guantines, tacos, bolso para llevar los implementos, y los más osados hasta un bate personalizado. 

Llegó la hora del juego. Nada más saltar el niño al campo se escucha una voz retumbando el estadio... "Ese es mi hiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiijo". ¿Qué más podría desear uno sino que esa no fuera su mamá? Sin embargo no corres con tanta suerte, y cuando volteas, es tu progenitora que pegada a la cerca comanda la barra junto a las demás mamás del equipo.

Los padres entre tanto se reúnen para disertar sobre todos los errores que ha cometido el mánager, porque si algo es seguro es que cualquiera de ellos podría hacerlo mejor.

Primer turno al bate, y de nuevo el grito alentador de la madre, que hace que el niño quiera meter la cabeza en el home cual avestruz. Strike uno... "Vamos Carlitos... dale que tu puedes". Strike dos... "Eso hijo... ahora sí. Dale". Strike tres... (Silencio sepulcral).

Segundo turno al bate... "Carlitos vamos, sube el codo". Ciertamente en esos momentos, frente a un lanzador, no hay mucho tiempo para pensar. Pero ahora me pregunto... ¿qué carrizo sabía mi mamá o mi papá sobre si tenía que levantar el codo o no? ¿cuántos turnos al bate tomaron ellos en su vida?.

Sin embargo todo padre o madre de nuestro país lleva inserto un chip beisbolístico que lo autoriza, como si de un Reggie Jackson se tratara. Todo padre o madre es un coach de pitcheo y de bateo en uno. Hasta árbitro incluso. "Payita... (Diminutivo del inglés 'Umpire') acuérdate que son unos chamos".

Papá o mamá de peloterito que se respete carga encima: Termo de agua y vasos para llevar, porque este fin de semana (y todos los fines de semana) le tocó llevar. Batería de carro con sus respectivos cables y bocina para hacer la estridente sirena, vacío de cerveza para después del juego (o durante...), Gatorade para el peloterito (a fin de que parezca más pelotero), sillas playeras para poder estar pegado de la cerca (porque para un papá la distancia de la tribuna al terreno es demasiado grande), pito, corneta y cualquier vaina que haga ruido molesto. 

Pero el objeto más importante, sobre todo para la mamá del peloterito, es la hoja de cantos. Una especie de cancionero con las melodías más pegajosas para hacerle barra al equipo. Y diceeee... "Pichea (del verbo en inglés "pitch" que significa "lanzar", pero en Venezuela el lanzador 'picha' o 'pichea', no lanza), Pichea, pichea que te pichea que Carlitos está en el home y ese si que te batea". "Fuego al cañón, fuego al cañón, para que Carlitos la saque de jonrón".

Lo más triste no eran las canciones, sino que Carlitos -yo- no sacaba la pelota del cuadro... y eso cuando le lograba dar a la pelota. De hecho, cuando decidí colgar los tacos y dedicarme a estudiar, era porque lo único que escuchaba cuando venía batear era el suspiro de los papás pensando que el inning se iba a terminar conmigo. 

La verdad siento que decepcioné un poco a mis papás. Así como la gran mayoría de mis compañeros que no se convirtieron en un Miguel Cabrera o un Pablo Sandoval, acotando que tuve la experiencia de jugar contra Sandoval en esos tiempos y ya era un caballo.

Pero mientras sigan naciendo varones en la familia, siempre hay esperanzas de ir al nuevo Yankee Stadium como el invitado especial de la estrella del equipo. O pagando la entrada con los 400 dólares del cupo Cadivi electrónico, ya veremos.

lunes, 24 de septiembre de 2012

Érase un viaje en avión


Una imagen para recordar "tiempos más simples".

El sueño anhelado del hombre desde los albores de la historia, además de procrearse, fue sin duda conquistar el cielo. Volar cual ave fue siempre una de las aspiraciones de los seres humanos, y todavía hasta nuestros días, se siguen buscando maneras más eficaces y novedosas de lograrlo.

Desde los hermanos Wright, la historia de la aeronáutica está llena de capítulos gloriosos y otros no tanto. Los vuelos comerciales, que nacen al igual que la aviación a principios del siglo pasado, merecen su lugar también en este blog. Y es que ¿a quién no le ha tocado el via crucis que significa viajar en avión en Venezuela?

Todo inicia con el momento mismo de la elección del destino y la hora fijada para su viaje. De antemano le puedo decir, no se moleste. Primero porque aunque vivimos escuchando en la calle que “la vaina está jodida”, o en su defecto “es que estoy pelando bola”, no va a conseguir vuelo para el día y la hora deseada.
Y cuando cree usted que corrió con suerte de conseguir el boleto en la forma que usted lo planeó, el vuelo se retrasará las horas suficientes –ni más ni menos- para que usted pierda esa cita tan importante que tenía.

¿Por qué? Porque los aviones en Venezuela más que aviones, son como “carritos por puesto”, pero con aire (algunos). Los pilotos, verdaderos héroes de nuestros tiempos, “ruletean” el avión de una ciudad a otra sin descanso para la pobre máquina. Por eso escuchamos con frecuencia “es que el avión no ha llegado”. Claro, si yo voy para Santo Domingo del Táchira, y resulta que el avión está en Maturín con destino Maiquetía.

Pero antes de montarse en el avión hay todo un proceso de escrutinio previo. La encargada de vender los boletos, siempre de mala gana, preguntará si tiene “equipaje para facturar”. Si su respuesta es afirmativa, detrás de la chica estarán listos para abrirle la maleta en lo que usted la deje. No importa si no lleva nada de valor, le robarán así sea un par de medias. Creo que lo hacen sólo por el morbo de robar.

Ahí no vale ni candado, ni forrar la maleta en papel… nada impedirá que sus pertenencias lleguen incompletas a destino. Eso, en el mejor de los casos. Porque a veces ni llega. Lo mejor sería llevar equipaje de mano.

En ese caso, le preguntará la misma señorita mal encarada producto, seguramente, de una insatisfacción sexual, “señor, ¿lleva algún arma en la maleta?”. ¿Qué clase de pregunta es esa? Me imagino, que el 11 de septiembre a los terroristas que estrellaron los aviones ante las Torres Gemelas no les preguntaron eso, y pasó lo que pasó. Será.

Cuidado con hacer un chiste al respecto. Porque entonces le caerán encima todos los de la aerolínea… “eso es delicado señor, con eso no se juega”. Bueno…

Seguimos con el pago de la tasa de salida. No basta con el medio millón de bolívares que dejamos en el pasaje. Sino que por “el lujo” que representa usar nuestros bellos y acondicionados terminales aeroportuarios nos cobran un impuesto, que dependerá de que tan cara e’ tabla sea el director del mismo.

Momento de pasar por la máquina de Rayos X. Quítese correa, celular, reloj, sáquese monedas, estampitas de la Virgen del Valle, bolígrafos Kilométrico, y cuanta vaina crea usted que haga sonar el aparato. Y luego espere con paciencia a que los abuelitos que van a su “segunda luna de miel” a Margarita echen el cuento al Guardia Nacional de turno de la placa de aluminio que tienen en las caderas y que hace sonar el coroto.

Pasado el mal rato, vuelva a armarse cual Robocop y busque la puerta por la cual NO saldrá su vuelo. Y es que claro, parte de la aventura de viajar en Venezuela es saber por cuál puerta saldrá el avión. En aeropuertos con dos o tres puertas, no es tan emocionante como en Maiquetía donde hay 11, y dos son abajo en un sótano.

Antes de viajar, y como va a estar mucho rato en el terminal, puede darse gusto recorriendo la variada oferta gastronómica que se ofrece. La misma va desde arepas recalentadas de al menos dos días de preparadas, hasta pizzas más duras que el cartón en el que vienen. Todo esto a precio de Fugu, o de Caviar de Beluga.

Pero si lo suyo es llevar recuerdos a sus seres queridos, también hay una amplia gama de opciones en artesanía. Un cuadro de la calle de un pueblo X, con una licorería Y, donde se ve un tipo Z tomando una Polarcita, cuesta más o menos lo mismo que un Van Gogh o un Rembrandt.

Arruinado, entre comida y artesanía, y cansado después de correr con maleta en mano por tres o cuatro puertas distintas, es la hora de subir al avión. La aeromoza le dará la bienvenida, y usted creerá que su pesadilla ha terminado.

“Damas y caballeros sijdmogumoesgb{rpbh lhfilyctr8owytporjhpñrmjtghseiluvhawo9 cvhnptj vvshissofgvhhuildhscfisngiwhis kdlmv oivjdfojvdo. Por su amable atención, gracias”. Usted no entendió las instrucciones para los casos de emergencia, pero con entregarse al Señor y halarse el cabello como harán los demás pasajeros, basta.

Una vez en el aire, y relajado como puede, entre los “ejecutivos” que hablan a todo gañote y el bebé que arrancó a llorar desde el despegue, pues es el momento de disfrutar de una bebida cortesía de la aerolínea que tanta roncha le ha hecho pasar.

Este trago consiste, primordialmente, en un vaso a rebozar de hielo con gotas de la bebida de su elección. Las aeromozas han desarrollado un talento natural para hacer que una botella de litro y medio de Pepsi rinda para 120 pasajeros. Si las juntáramos con las maestras que “rebanan” las tortas de cumpleaños en las escuelas, tendríamos las fiestas infantiles más austeras del mundo.

Llegó a destino, sano y salvo. Si su maleta llegó consigo… ¡Felicidades! Caso contrario, perderá medio día más en un mostrador de reclamos, donde no le harán ni puto caso. ¿Y sabe la peor parte? Usted habrá comprado un pasaje ida y vuelta.

¡Feliz viaje!

lunes, 17 de septiembre de 2012

Érase una vez "yo" candidato



Av. Bolívar – Caracas – Distrito Capital
4:00 P.M.

Periodista - “Y en estos momentos el candidato Carlos Peñalver llega a la tarima, donde ofrecerá un discurso a todas las personas que lo han acompañado en esta multitudinaria marcha”.

Yo: “Buenas tardes amigos, amigas, camaradas, camarados, camaratres y cuatro, compañeros, compañeras, panas, panos… a todos un gran abrazo”. (Aplausos…)

“Ha sido una caminata bastante larga, desde el punto de partida hasta acá. Tanto, que ya no tengo arepa, sino cachapas bajo los brazos. Gracias por las demostraciones de afecto, tan sinceras que me han dado. He besado muchas viejitas, niños, niñas, sin querer he sentido unas cuantas tetas… por cierto allá, la muchacha… recién hechas ¿no? Bueno, en mi programa de salud las lolas van por cuenta de Miraflores (Aplausos, silbidos, y saltos de lolas varios…)”.

“Y es que toda mujer tiene derecho a unos pechos dignos, y todo hombre también tiene derecho a ver en la calle unos buenos pechos. No esos senos escuálidos, que dan casi al ombligo… nada de eso mis doñitas. Implementaremos una implantación de implantes en lo que he denominado la misión ‘Silicón Adentro’ (Más aplausos…)”.

“Esto forma parte de un plan de recuperación de la belleza venezolana. No quedará una fea en las calles de nuestro país, o me cambio el nombre. He comisionado a mi amigo Osmel, para que se encargue de esa tarea patriótica. De esa manera, el consumo de alcohol como “embellecedor” bajará significativamente, y sólo tomaremos caña para celebrar los triunfos del Caracas, o para los ‘miaos de los carajitos’, amigos y amigas” (Aplausos, vítores…)

“Hablando del alcohol, recomiendo a mis compañeros de la Asamblea Nacional para que aceleremos la Ley de Costos, Montos y Precios Justos de la Caña, o como ya la llamo ‘COMPRECAÑA’. No es posible que la cerveza te la quieren vender en un restaurant a precio de ron, el ron a precio de whisky, y el whisky a precio de medicina contra el cáncer. La especulación con la caña, y demás artículos de primera necesidad… se va a acabar carajo” (Aplausos… euforia… erecciones…)

“En materia laboral, los empleados públicos seguirán trabajando en el mismo horario como hasta ahora. Es decir, llegarán a las 9 de la mañana, para desayunar y hablar paja de los jefes, irán a sus puestos de trabajo a las 10, pero comenzarán a atender gente a las 10:30. A las 11:00 se irán a tomar café, para regresar a apagar la computadora para el almuerzo. Regresarán del almuerzo a las 2:00, pero esa es la hora del café de la tarde, así que volverán a las 3:00 para atender de mala gana hasta las 3:30, y a esa hora comenzarán a recoger porque ya van a dar las 4:00 y hay que irse. Creo que es un horario ideal para seguir fomentando la productividad en nuestras instituciones” (Nadie aplaude, porque los empleados públicos se quedaron a mitad de la marcha).

“En Educación, creo que va siendo hora de tomar medidas en torno a un caso que me parece sumamente grave. Para nadie es un secreto que el aumento en la audiencia de Glee, y en la venta de discos de Ricky Martin está influenciada directamente en las escuelas primarias que todavía corrompen a nuestros niños haciéndolos cantar ‘ayer salióooo la lancha Nueva Esparta… salió confiada a recorrer los mareeeeees’. Es lógico que cuando el niño llegue a bachillerato, pues participará en clubes de porrismo, y luego en la universidad será gótico, y después todos sabemos en qué termina eso” (Aplausos… aunque varios ceños fruncidos… -Ah vaina…)

“Es por ello que como materias obligatorias los niños aprenderán a escupir por las ventanas de los carros, así como principios de la parrilla, y rascado de bolas durante partido de béisbol venezolano. Volverán a ser hombrecitos…” (Aplausos…)

“Y bueno amigos, amigas, conocidos, conocidas, seguidores de Twitter, seguidoras de Twitter… habiendo abarcado temas como salud, economía, trabajo y educación… es justo que terminemos esto. Más que nada porque cae la noche, y hay malandro que jode en esta zona. Precisamente, todavía no he hablado de la inseguridad… (sonido de grillos…)”.

“Como decía, voy a terminar. Los invito a pensar y reflexionar… si después de tantos años, hemos visto que todos los presidentes la han cagado en mayor o menor medida, les pregunto… ¿por qué no me dan una ‘ayudaíta’ para yo cagarla también?”

“Muchas gracias compañeros… Que Dios los bendiga, y les aleje a la suegra y a los cuñados gorroneros…”

lunes, 20 de agosto de 2012

Érase un matrimonio



De acuerdo a los datos del censo poblacional del año pasado, quedó demostrado que en Venezuela son cada vez menos las parejas que deciden casarse. Un dato que nos convierte en quizás uno de los países menos románticos en nuestro "amoroso" planeta, pero que a la vez nos ubica como uno de los más preclaros (sí, hace varios meses me aprendí esta palabra y es hasta ahora donde encontré usarla).

Esa preclaridad del venezolano se debe a que hemos aprendido, como el pueblo noble que somos, que más allá del vínculo legal que se da por hecho al firmar el acta, no hay nada más. Que por mucho amor que exista entre una pareja, todo matrimonio tiene como añadidura un proceso largo y tortuoso que llegará a su fin cuando por las cornetas suene el "Alma Llanera" anunciándole a los invitados al convite que es hora de volver a nuestra vida cotidiana.

El matrimonio es como una fiesta de cumpleaños en grande. Donde el agasajado, o en este caso los agasajados,  terminan siendo los que menos disfruten del bonche. Todo comienza con el anuncio del compromiso a familiares y amigos. A continuación vienen el aluvión de comentarios "filosos" de amigas solteronas que ven como otra se casa, mientras ellas siguen esperando que les llegue su chance. Al mismo tiempo, el novio recibe todos los pésames de parte de sus panas que ven como muere el pana, ante el nacimiento inevitable de "un g..... más.

En muchos países, la costumbre es ver que las familias se disputen el honor que representa la organización del matrimonio. La pelea por ver quien pone más. En Venezuela pasa exactamente lo contrario. Los bolsillos y las manos se encojen de lado y lado, y sólo algún tío despistado que llegó tarde a la fiesta de compromiso terminará poniendo más que los papás de los involucrados. "Es que la vaina está jodida..." es la respuesta más frecuente.

Como nada en esta vida es de gratis, es momento de cuadrar con el cura de la parroquia de cuánto es el golpe para el matrimonio, para que vea para otro lado con el tema del bautizo y la confirmación, y para que diga ante Dios (su jefe pues) que ya le hizo a la pareja el curso prematrimonial. Entre menos sacramentos hayas cumplido, mayor será la erogación de dinero, o dicho en criollo... el baje de mula.

Llegamos al gran día. La novia la cambiaron por una con un peinado sacado del siglo XIX con lo último en maquillaje al estilo Lady Gaga. El novio, casi irreconocible sin su franela del Barcelona. Las madres de las novias rendirán homenaje con su atuendo a la inmortal Lila Morillo (que no es que sea inmortal en verdad, es que el tiempo con ella se nos hace muy largo), mientras que el cortejo lucirá el vestido más espantoso que la novia en confabulación con la madrina habrán escogido.

Al haber hecho la unión formal ante Dios o ante los hombres, da igual, llega el momento de la fiesta. Comienza el momento del baile de los recién casados... nada parecido al "perreo" de las despedidas que ambos se dieron. Algo muy formal, recatado... rayando en lo ladilla. Y comienza la permuta de parejas. Que si el papá con la novia, que si la mamá con el novio, que si el que se raspó a la novia antes que el novio, que si la que "estrenó" al novio y dijo que estaba preñada pero era mentira, que si el tío "sobón" que aprovechará para pulir hebilla con la novia, y un largo etc.

Llegan dos momentos críticos de una fiesta de matrimonio, el inicio del reparto de comida y de bebidas. De antemano le digo... no se preocupe, lo que usted ponga, será una cagada. Lo único que la gente destacará es que "el tequeño estaba bueno". Lo demás será objeto de profundas críticas, la mayoría provenientes de las amigas envidiosas de la novia.

Nunca falta el espontáneo que quiera decir un brindis... (clin, clin, clin...) "Quiero hacer un brindis por mi pana Rigoberto... Coño Rigo, ¿quién diría que te ibas a casar vale? ¿Te acuerdas cuando íbamos para (inserte nombre de "night club" local de su preferencia), que todas las carajas te conocían? Por cierto, Esmeralda te mandó saludos, y que eres una rata porque no terminaste de pagarle lo de la otra vez..." Y así nace el primer peo de casados.

Si usted es invitado al festejo, y quiere salir con pareja de la fiesta, debe tomar en cuenta que el matrimonio tiene sus tiempos. El tiempo para levantar en un matrimonio va desde que comienza el bailoteo, y termina en el preciso instante que comienza el tan odiado pero impelable "trencito". Ejemplo: Está usted bailando de lo más chévere con la víctima en cuestión... "Todo hombre que sabe querer, sabe dar y pedir a la vez". Y usted pa'lante... y la víctima pa'lante también... Y de repente "Vaaaaaaaaaaaaamos negro pa' la conga". Y más rápido que lo que Chávez dice "majunche", ya usted perdió de vista a la muchacha que se ha ido pegada al "trencito" promovido por el borracho alegre de turno.

Los novios mientras tanto estarán esclavizados tomándose foto con la familia, los amigos de la novia, del novio, los colegas, los panas del softbol del novio, los arroceros, los parqueros... y con cuanta gente haya que echarse una foto para recordar el momento. Luego irán mesa por mesa en procesión respondiendo las tres preguntas habituales que hacen a esa altura del festejo: 1- ¿Y en cuánto salió todo esto? 2- ¿Y dónde es la luna de miel? 3- ¿Y seguro que no te casaste porque ella está preñada?

Y cuando ya se ve una luz al final del tunel... de entrada al salón porque ya son casi las seis de la mañana, pues llega el momento en el que los novios se despiden. Cansados, sin haberse podido echar un palo o comer un tequeño... en medio de una profunda decepción porque el matrimonio "no fue lo que esperaban", y más cuando los nuevos "consuegros" se fueron a las manos en medio de la hora loca después de acusaciones mutuas de "pichirres".

Se van los esposos, listos para pasar trabajo ahora en la luna de miel, donde la aerolínea les perderá las maletas, y el cupo electrónico de Cadivi no les va a dejar disfrutar las maravillas del paraíso tropical elegido para la ocasión.

Es válido preguntarse, ¿por qué en Venezuela hay cada vez menos matrimonios? 



lunes, 23 de julio de 2012

Terminología Olímpica




A diferencia de mis temas anteriores, este no comienza por “Érase…”. ¿La razón? Porque el blog es mío y titulo como mejor me parece. Además, lo cierto es que no encontré la frase adecuada.

Como dije en mi post anterior, que me di cuenta que era el primero de 2012, lo que a su vez da cuenta de mi flojera para mantener mi blog actualizado en comparación con toda la perorata que puedo escribir en Twitter (@CarlosDPenalver), los Juegos Olímpicos no son exclusivos de los amantes del deporte.

Como cualquier mortal, cualquier ser viviente (recordando al gran Willie Oviedo http://www.youtube.com/watch?v=hlg4wn7OHaY) disfruta de la cita olímpica, y como los comentaristas deportivos aprovechan este preciso momento para desempolvar la terminología deportiva más técnica y rebuscada, he decidido como servicio público dar luces sobre algunas palabras que en el próximo mes escucharán con frecuencia y que con seguridad no volverán a oír hasta dentro de cuatro años.

-Badminton: Dícese del deporte que es una mezcla de tenis con voleibol. Realmente poco nos importa, porque en Venezuela no practicamos eso (digo yo), pero seguramente cuando no haya ninguna otra disciplina compitiendo veremos algún partido de esto.

-Balonmano: Fútbol con las manos.

-Esprínter: Entiéndase como el que sale “pirao” en una competencia sea de ciclismo o atletismo.

-Tirador: El que practica la esgrima. No confundir con el que hace otra cosa.

-Balompié: Forma elegante e inteligente de decir fútbol.

-Halterófilo: Quien practica levantamiento de pesas. No confundir con persona al que le gusta el sexo con pesas. Ese es simplemente un pervertido.

-Judoca: Dícese de la persona que practica el judo. El yogurt se llama Yoka, y la yuca es un tubérculo. No es lo mismo tubérculo que…

-Crol: Forma inteligente de decir estilo libre en Natación. Contrario a lo que piense La Beba Carrión (http://www.youtube.com/watch?v=j7lsKU3Q0BQ) la Natación se practica en una piscina, no en una pixina.

-Braza: Forma inteligente de decir estilo pecho en Natación. No recomendado extrapolarlo a la vida cotidiana porque genera confusión. Ej: Que buena braza tiene esa chica. Lo correcto que buen pecho tiene esa chica.

-Piragüismo: Deporte que consiste en la competición de dos o más piraguas movidas por remo por sendos piragüistas. Rojo no es deporte olímpico, por tanto su modalidad bajo el agua tampoco. Así que no confundir.

-Waterpolo: Fútbol con las manos y en el agua.

-Maldivo: Gentilicio de las personas de las Islas Maldivas. No, no se trata de un divo maluco.

-Mongol: Gentilicio de las personas de Mongolia. Mongolo o mongólico es aquel que vivía levantando la mano para intervenir en clases y repetir lo mismo que había dicho el profesor. Ej: Profesor- “Y así calculamos el área del triángulo”. Mongolo o Mongólico: “Profe, entonces usted quiere decir que así calculamos el área del triángulo, ¿verdad?”.

-Singapurense: Contrario a lo que puedan pensar, es el gentilicio de los nacidos en Singapur. Sí, ese país existe, no lo inventé para este post por más gracioso que les parezca.

-Tayiko: Gentilicio de los nacidos en Tayikistán. Para más información sobre Tayikistán, porque seguramente les habrá pasado como a mí que ni sabían de la existencia de este país, revisar Wikipedia.

-Micronesio: Gentilicio de los nacidos en Micronesia. No, no es un necio chiquito. Ese es simplemente necio (y con “c”).

-Robert Rodríguez: Conocido también como “El Profesor”, es ese señor de barba que aparece cada cuatro años, y cuya manera de relatar los Juegos Olímpicos me inspiró a hacer este post. Sabe más “que un ‘pescao salao’”. No confundir con el señor de barba que aparece una vez al año, ese es San Nicolás.

Érase una olimpiada


Si existen eventos llenos de pureza y que por un instante nos hace un paréntesis de nuestro mundo cotidiano lleno de conflictos, crisis, Justin Bieber y demás… son los Juegos Olímpicos (JJ.OO.).


El mundo entero, vinculado al deporte o no, se toma un mes para disfrutar de los mejores atletas de nuestro planeta (sí, recordando con estas palabras al gran Willie Oviedo http://www.youtube.com/watch?v=hlg4wn7OHaY) quienes se dan cita, este año en Londres, para buscar la gloria deportiva. La medalla olímpica representa el non-plus ultra para cualquier atleta.

La historia de Venezuela en los JJ.OO. se traduce en 11 medallas. La de oro conseguida por “Morochito” Rodríguez en México 68, dos de plata también conseguidas en el boxeo (lo que demuestra que a la hora de “tirar coñazos olímpicos” somos unos duros), y ocho de bronce (dos más de esas de boxeo y dos de taekwondo, ratificando lo anterior).

Considerando que hemos participado en 16 JJ.OO. con un total de 565 atletas… ¿Por qué una cosecha tan baja de preseas? Quizás porque los deportes en los que los venezolanos somos realmente destacados, no son olímpicos. Veamos los ejemplos.


-Slalom de huecos en la vía. El venezolano se ha convertido en un experto del slalom de huecos en la vía en sus diferentes modalidades, carro, moto, y a pié. El Estado en sus diferentes estructuras de Gobierno (Nacional, Regional, Local) se ha convertido en un promotor de este deporte, al olvidarse del asfaltado de las calles, o hacer un mal bacheo, lo que origina nuevos y mejores lugares para la práctica de esta disciplina.


-Contorsionismo en Metro. Cuando el Metro en hora pico viene, como diríamos en términos científicos “hasta los tequeteques”, el atleta de esta disciplina logra contorsionar su cuerpo, a la par de mantener un perfecto equilibrio con su vianda de comida, logrando entrar en el vagón donde cualquier pesimista hubiese pensado que no cabía uno más.

-Recostadera de tostón en transporte público. Una disciplina exclusiva para hombres con un alto sentido de la oportunidad. Consiste sencillamente en aprovechar la afluencia de personas en un autobús y deliberadamente comenzar a colocar el aparato reproductor entre las personas que abordan la unidad, sin distingo de género, clase, edad, sexo o religión.

-Salto triple. Aunque en los JJ.OO. hay una prueba con el mismo nombre, no se trata de lo mismo. Aquí en tres saltos debes evitar a la promotora de Perfumes Factory que te quiere “burundanguear”, al señor con muletas que siempre pide para comer pero que en la tarde se va hasta parado en un autobús, y a las evangélicas que te quieren dar “La Atalaya” y “El Despertad” para discutirlo al día siguiente. Todo un esfuerzo.

-Salto largo. Igual esta prueba dista mucho de la que actualmente existe en los JJ.OO. En esta prueba, con sus modalidades en masculino y femenino, el atleta busca de un salto hacer un puente desde un jueves o hasta un martes. Para ello, el(la) deben buscar en el repertorio de excusas de oficina, la más original y brillante para no trabajar ese viernes o lunes que interfieren con el puente que piensan tomar. El récord de esta prueba lo tiene una funcionaria pública que se ha agarrado cuatro de estos puentes con la muerte de la misma abuela. Pobre señora.

-Lanzamiento de puntas. El venezolano, y sobre todo las venezolanas, han logrado destacadas actuaciones en esta disciplina. El lema de este deporte es “el que la agarra la chupa”. El atleta deja colar un comentario, generalmente (siempre) mal intencionado, sobre su contendiente con la esperanza de que este se sienta aludido. El éxito en la prueba está en que el aludido genere una respuesta. Si la respuesta es directa, entonces el punto es para el que la lanzó. Si responde con otra punta, entonces tenemos lo que llamamos el voleo. El punto y el juego lo gana el que primero se salga de sus casillas.

Y como estas, muchas otras más…

Este post lo remitiré al Comité Olímpico Internacional con la esperanza de que los admita para los juegos de Río en 2016. Quien quita, si aceptaron el juego de la soga, cualquier cosa puede pasar.