viernes, 10 de junio de 2011

Érase una twitcam


El venezolano es un ser complejo. Digno de ser estudiado a profundidad. Así somos. En ocasiones podemos ser el pueblo más liberal y "open mind" que exista, y de repente nos transformamos al mejor estilo de los difuntos Power Rangers en el más moralista y garante de la "moral y buenas costumbres.

Esta intro viene a raíz del tan mencionado twitcam realizado por la despampanante (porque no existe mejor adjetivo para calificarla) Diosa Canales. Para los que no sepan qué es Twitcam (válido, uno no tiene por qué saberlo todo en la vida), es una plataforma desarrollada por la empresa Livestream para que los usuarios de Twitter a través de su cuenta y con una cámara web transmitieran "en vivo y directo" para todos aquellos quienes accedieran a una url generada por el mismo programa.

El punto es cuestión es que el twitcam de Diosa distó mucho de los que con anterioridad han realizado otros artistas o figuras públicas venezolanas. La señorita Canales rompió record de vistas en el twitcam cuando comenzó de manera bastante sugestiva a despojarse de la poca tela que cubría su humanidad.

De 5 o 6 mil vistas, que no es poca cosa, que tenía el twitcam al comenzar... pasó a más de 15 mil cuando quedó ante la afortunada y más envidiada cámara web del país como Dios la trajo al mundo.

Y así sin más, Diosa quedaba expuesta ante decenas de miles de personas que después de medianoche encontraron un remedio perfecto para combatir el sueño. Pero igual, así sin más y como si de Corpoelec se tratara... ¡puf! Se fue la imagen a un negro desolador. Se nos fue Diosa.

Las reacciones no se hicieron esperar. Y aquí entra esa parte del venezolano que es difícil de entender. Los mismos que todos los días se comen la luz, se colean en una cola, se llevan un bolígrafo del trabajo, pagan con billetes falsos, adulteran los whiskys, y dañan deliberadamente la aguja de las balanzas... por decir menos... ahora estaban escandalizados ante lo hecho por esta chica que, dicho sea de paso, se ha ganado la vida de esta forma desde hace bastante rato.

No faltaron las mujeres que indignadas, pero más que nada celosas por no tener el cuerpazo de la Canales, dijeran que se trataba de "un acto vulgar". Que era preferible tener cerebro antes que tetas, y bla bla bla. Curioso, en un país donde las niñas después de la primera menstruación, tienen su primera inyección de silicona.

Y detrás de las "indignadas" salieron los novios, esposos y galanes de arepera de estas mismas, que para buscar quedar bien entonces también salieron a mostrar su cara más "moralista". "Es denigrar la imagen de la mujer venezolana", y un más largo bla, bla, bla. Curioso, en un país donde las niñas que salen con sus escotes a mostrar la silicona, no escapa de las enfoques de primer plano que con la vista hacen los "caballeros".

Total, que lo único vulgar que le encuentro al twitcam de Diosa Canales es la hipocresía de la gente. Cosas más obscenas vemos a diario en la calle, en nuestros trabajos, en la televisión y hasta en nuestras casas, como para que nos pongamos a debatir sobre si una "vedette" (que finalmente es lo que es...), se desnuda o no para 15 o 16 mil "no indignados".

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