Hace nada me encontraba intentando tumbar un mango. Luego recuerdo estar metido en un problema entre hipotenusa y catetos. Más tarde estoy en el cafetín de la universidad. Y de repente abro los ojos y estoy con un grabador escuchando las declaraciones de un funcionario público, a la vez que intento tomar rápido el café para comenzar a transcribir.
¿Y desde cuándo tomo café? Recuerdo que por mera curiosidad, estando muchachito, intenté probar a ver que tal. Espantoso. Pasé días con el mal sabor en la boca. Ahora no terminó de despuntar en la mañana, si no tomo una buena taza con poca azúcar, porque últimamente no me está sentando bien.
Sí, la vida es un ratico como dice Juanes. Pero yo pensaba que la transición más difícil era esa de la niñez a la adolescencia. La cual, afortunadamente pasé sin mayor problemas porque realmente no fui tan apegado a cosas de la infancia, salvo con "El Chavo" al cual sigo viendo religiosamente cada vez que puedo (y me río aunque me sepa los capítulos de memoria).
Sin duda que pasar de "chamo", "pavo" (como dicen los que se quedaron clavados en los 80), "muchacho", o "carajito", a ser ya adulto joven es una transformación tan dolorosa como necesaria. Dolorosa porque termina por desligarte de todo aquello que tiene aroma de libertad, para asumir las tan temidas responsabilidades propias de la edad.
Hay detalles que denotan que nos estamos volviendo adultos jóvenes. Anteriormente ante la pregunta "¿escuchaste lo nuevo de...?" o "¿viste el video que estrenaron de...?" sólo tenía una respuesta: Sí. Estaba al día con todo, a pesar de la "volatilidad" de la industria musical moderna.
Pero supe llevar bien la transición entre grupos, las fusiones, separaciones, reencuentros, vueltos a separar... y seguía al detalles todo lo relacionado con los grupos que estaban sonando. Y en lo particular habían emisoras que estaban vetadas para mí.
La música me dio la primera señal de que me estaba convirtiendo en adulto joven. ¿Lady qué? ¿Justin cómo? ¿Y eso no es una marca de zapatos? ¿Cómo es que se llama la negrita esta de pelo rojo? No reconozco a los cantantes de moda. Pero la cosa empeora...
Resulta que las canciones que si me gustan, que me dan nota, que canto a todo gañote... ahora son presentadas en programas que llevan por nombre: "Recuerdos del ayer", "Nostalgias del pasado", "Lo mejor de otras décadas". Coño... ¿y en qué momento Nookie de Limp Bizkit pasó a ser un clásico que no me di cuenta?
La televisión me dio otro golpe de realidad. Aunque a la televisión es posible llevarle el ritmo, siempre hay cosas que te ponen en tu sitio. Parece mentira, por ejemplo que Friends ya tenga más de 8 años que dejó de emitirse. Y que esta generación de pubertos no entienda como es que a uno el adulto joven todavía lo priva de risa los mismos capítulos que hemos visto una y otra vez.
Así como tal vez uno no termine de entender como es que unos mocosos italo-americanos llamen tanto la atención. Es una generación criada con televisión basura. Que creció viendo un "reality show" tras otro, mientras nosotros seguíamos aferrados a productos más elaborados como los "sitcom". Sí... claro indicio de que nos estamos volviendo más selectivos con respecto a lo que vemos. En dos platos: más viejos.
La música electrónica no es lo de antes. La discoteca no nos sienta igual. Las amanecidas nos pegan cada vez más, y cada viernes o sábado es más común que terminemos haciendo una pequeña reunión con amigos cercanos para jugar dominó, o hablar mal de los jefes.
Señores, hemos comenzado el tortuoso camino hacia la vejez. Todavía nos faltan muchas cosas por vivir: matrimonio, hijos, divorcio, otro matrimonio, más hijos, erecciones cada vez más deficientes, exámenes prostáticos...
Pero que le vamos a hacer, es el ciclo natural de la vida. Y lo acepto. Soy un adulto joven. Ahora, a tomar café y seguir trabajando.
¿Y desde cuándo tomo café? Recuerdo que por mera curiosidad, estando muchachito, intenté probar a ver que tal. Espantoso. Pasé días con el mal sabor en la boca. Ahora no terminó de despuntar en la mañana, si no tomo una buena taza con poca azúcar, porque últimamente no me está sentando bien.
Sí, la vida es un ratico como dice Juanes. Pero yo pensaba que la transición más difícil era esa de la niñez a la adolescencia. La cual, afortunadamente pasé sin mayor problemas porque realmente no fui tan apegado a cosas de la infancia, salvo con "El Chavo" al cual sigo viendo religiosamente cada vez que puedo (y me río aunque me sepa los capítulos de memoria).
Sin duda que pasar de "chamo", "pavo" (como dicen los que se quedaron clavados en los 80), "muchacho", o "carajito", a ser ya adulto joven es una transformación tan dolorosa como necesaria. Dolorosa porque termina por desligarte de todo aquello que tiene aroma de libertad, para asumir las tan temidas responsabilidades propias de la edad.
Hay detalles que denotan que nos estamos volviendo adultos jóvenes. Anteriormente ante la pregunta "¿escuchaste lo nuevo de...?" o "¿viste el video que estrenaron de...?" sólo tenía una respuesta: Sí. Estaba al día con todo, a pesar de la "volatilidad" de la industria musical moderna.
Pero supe llevar bien la transición entre grupos, las fusiones, separaciones, reencuentros, vueltos a separar... y seguía al detalles todo lo relacionado con los grupos que estaban sonando. Y en lo particular habían emisoras que estaban vetadas para mí.
La música me dio la primera señal de que me estaba convirtiendo en adulto joven. ¿Lady qué? ¿Justin cómo? ¿Y eso no es una marca de zapatos? ¿Cómo es que se llama la negrita esta de pelo rojo? No reconozco a los cantantes de moda. Pero la cosa empeora...
Resulta que las canciones que si me gustan, que me dan nota, que canto a todo gañote... ahora son presentadas en programas que llevan por nombre: "Recuerdos del ayer", "Nostalgias del pasado", "Lo mejor de otras décadas". Coño... ¿y en qué momento Nookie de Limp Bizkit pasó a ser un clásico que no me di cuenta?
La televisión me dio otro golpe de realidad. Aunque a la televisión es posible llevarle el ritmo, siempre hay cosas que te ponen en tu sitio. Parece mentira, por ejemplo que Friends ya tenga más de 8 años que dejó de emitirse. Y que esta generación de pubertos no entienda como es que a uno el adulto joven todavía lo priva de risa los mismos capítulos que hemos visto una y otra vez.
Así como tal vez uno no termine de entender como es que unos mocosos italo-americanos llamen tanto la atención. Es una generación criada con televisión basura. Que creció viendo un "reality show" tras otro, mientras nosotros seguíamos aferrados a productos más elaborados como los "sitcom". Sí... claro indicio de que nos estamos volviendo más selectivos con respecto a lo que vemos. En dos platos: más viejos.
La música electrónica no es lo de antes. La discoteca no nos sienta igual. Las amanecidas nos pegan cada vez más, y cada viernes o sábado es más común que terminemos haciendo una pequeña reunión con amigos cercanos para jugar dominó, o hablar mal de los jefes.
Señores, hemos comenzado el tortuoso camino hacia la vejez. Todavía nos faltan muchas cosas por vivir: matrimonio, hijos, divorcio, otro matrimonio, más hijos, erecciones cada vez más deficientes, exámenes prostáticos...
Pero que le vamos a hacer, es el ciclo natural de la vida. Y lo acepto. Soy un adulto joven. Ahora, a tomar café y seguir trabajando.