martes, 30 de junio de 2015

Donald Trump y Vanessa Senior en: "Lo políticamente (in)correcto"

Foto tomada de Globovision.com (por si acaso...)
En este mundo las pautas de comportamiento son dictadas desde las redes sociales. Poco importa si usted es un ciudadano a carta cabal en el mundo real, respeta el semáforo, cruza por el rayado peatonal, no lanza basura al suelo y hasta si eres voluntario de alguna organización.

Un mal comentario o un episodio desafortunado puede acabar con toda tu reputación, e inmediatamente te conviertes en enemigo público. Porque con la 2.0 se puso de nuevo en boga eso de lo "políticamente correcto".

¿Y qué es lo "políticamente correcto"? Un grupo muy nutrido de histéricos de las redes ha hecho que cada vez sea más complicado estar dentro de los cánones impuestos por una sociedad virtual que se escandaliza por la intolerancia aplicando precisamente eso... intolerancia.

Recientemente, Donald Trump hizo unas declaraciones bastante desafortunadas acerca de los inmigrantes (y más en específico de los mexicanos) en Estados Unidos. El caso ha dado de qué hablar, quizás demasiado. Con tantos problemas y conflictos existentes en Estados Unidos, México y el mundo entero... que las declaraciones de un pendejo (porque más allá del dinero es sólo eso, un pendejo) den tanta tela que cortar forma parte de la condena por salirse de lo políticamente correcto.

No importa si subyacente en sus declaraciones esté una problemática que es real, no en la forma que lo pintó Trump, y que además sea una opinión compartida por una buena parte de los norteamericanos. Sencillamente no existe solidaridad posible ante semejante tropelía cometida por el magnate. En serio... por unas declaraciones.

Parafraseando a Bill Maher -en referencia al tema de Caitlyn Jenner- "hablar del trasero de Kim Kardashian está bien pero hablar de los senos de su papá, no".

En Venezuela la cosa es más complicada, como todo. Y es que la situación que vivimos (elija usted la arista que desee) hace que uno no pueda disfrutar de absolutamente nada por las redes sociales, excepto preocupaciones.

Ejemplo 1 - Tuit, Copa América

@PenalverC: #VamosVenezuela A ganar en esta Copa América
@GuarimberoHistérico: "Por eso estamos como estamos. La gente pendiente de fútbol en vez de luchar por el país".

Ejemplo 2 - Foto en Instagram, reunión de amigos

@penalverc: Con mis panas, reunidos después de cinco años sin vernos #Instapanas #beers #friends #panas #igersccs #igersvzla
@doñadelcafetalsinmaridoninietosquecuidar: "Por eso estamos como estamos. Reúnanse para salir de este rrrrrrrrrrrégimen en vez de estar perdiendo el tiempo. Con esta juventud estamos jodíos".

Ejemplo 3 - Post en Facebook, trabajo voluntario

"Llevando ropa y juguetes a niños de bajos recursos"

Doña del Cafetal Sin Marido Ni Nietos que Cuidar (ahora en FB): "Por eso estamos como estamos. Nojoda, no deberían estar haciendo un coño, que pasen hambre. Seguro las mamás de esos carajitos votaron por Chávez. Que se jodan".

Recientemente Vanessa Senior (no me pregunten quién es, no lo se), protagonizó un video viral donde exigía en un tono muy elevado que le vendieron cuatro pastas dentales. Al final no se trataba de las pastas dentales o la cantidad... la cuestión está que Vanessa defendía lo que por derecho debemos exigir: Libertad. 

Libertad de comprar las pastas dentales que nos dé la gana. De no someternos a ningún tipo de proceso denigrante como colocar una huella o la exigencia absurda de pedir cédula vigente para adquirir algún producto, cuando ni para votar se exige (y vaya que votar es el ejercicio más grande de ciudadanía que hacemos).

Lo trágico del asunto es que muchos han criticado la actitud de Vanessa porque fue "irrespetuosa" con los pobres muchachos de Farmatodo. ¿En serio? ¿Esa es la preocupación del venezolano? Coño saquearon a este país, la cifra de dólares que se han robado en 16 años no la puedo colocar en el post porque los ceros serían infinitos... nos tienen pelando bola, con una mano adelante y una atrás, haciendo colas, cayéndonos a coñazos por lo poco que llega a los supermercados... pero a ti, imbécil, ¿te preocupa es que la niña de Farmatodo iba a terminar en un sicólogo por el terrible daño hecho por Vanessa Senior?. No me jodas... NO ME JODAS...

De nuevo, es el triunfo de lo "políticamente correcto". El triunfo de un conglomerado de alienados que encontraron en la 2.0 la forma de decirle al mundo lo que se debe y no se debe hacer. Los que quieren cambiar a Venezuela, y al mundo, desde sus teclados.

Pero Dios libre que les pidas salir a la calle a manifestarse o a hacer la diferencia. Noooo... su mundo empieza en la tecla "Esc" y termina en el "Intro".

No está permitido tener opinión propia, no está permitido llevar la contrario. Sigamos como vamos, que "por eso estamos como estamos".

viernes, 26 de junio de 2015

Un día quise ser periodista y...

Tras unos meses de vacaciones después de cinco años duros enfrentando la dura transición que es la adolescencia, decidí que era momento de poner manos a la obra. Le comuniqué a mis papás que efectivamente iba a estudiar Comunicación Social. 

Quería seguir los pasos de Ennio Peñalver, quien fuera el primer periodista en denunciar el escándalo del "Sierra Nevada" -tío de mi padre y por ende mío también-. Me hubiese encantado ser el que descubriera los casos, pusiera en evidencia a los poderosos y cumpliera con el servicio público que a fin de cuentas es el periodismo.

Mientras me formaba fui trabajando. Llegaron las primeras oportunidades; radio, prensa. Sentir lo que era la vida de una sala de redacción era lo que siempre había deseado y por poco me cuesta la carrera por el tiempo que dedicaba a trabajar. Estar frente a un micrófono transmitiendo las incidencias de algún partido me hizo recordar esos tiempos de chamo cuando narraba las partidas de futbolito de mis panas de la cuadra, o los juegos de béisbol de mi equipo en los Criollitos (claro, tenía el tiempo para ello porque siempre estaba banqueado).

Al terminar la carga académica, que por la misma dinámica laboral no se tradujo en graduación, decidí tomar nuevos rumbos. Al graduarme, comencé a valorar mis opciones. El sueño de hacer "temblar a los poderosos" se alejó hasta disiparse. ¿Qué ocurrió? Estamos en Venezuela.

Y el periodismo en Venezuela es como el billete de monopolio, no tiene ningún valor comercial. El periodista en los medios es mal pagado y no existe gremio al cual uno refugiarse en caso de agresión. Con un Gobierno que ha cercenado la libertades de expresión e información, hacer periodismo libre es una opción dura e ingrata.

Llegué al periodismo corporativo por mera casualidad, como muchas cosas en mi vida. Me enamoré de las cosas que se pueden hacer desde y por las empresas. Sin embargo, el vacío está ahí. No he cumplido con las metas que me había planteado.

Si algo necesita este país es el periodismo libre e independiente. Que sea capaz de mostrar todas las caras de la moneda y no sólo la que un sector quiere ver. Donde no tengamos que ver a colegas poner sus firmas en diarios que no son más que el reflejo de hasta donde llegan los tentáculos del poder.

Para aquellos colegas que ansían ver una Venezuela donde ejercer el periodismo no sea un delito... ¡Feliz Día del Periodista!

Para los que siguen instrucciones de qué escribir y cómo escribir para complacer a un sector... reflexionen.