domingo, 9 de marzo de 2014

Replantearse, no replegarse

Por estos días, toca reflexionar sobre la situación que estamos viviendo en Venezuela. 

Hace unos días hacía la cola para comprar pan (sí, porque ahora hasta para comprar pan hay que hacer largas colas). En la cola una señora comentaba que llegó a las 2:30 de la madrugada al Abasto Bicentenario de Plaza Venezuela y que la marcaron en el brazo con el número 91.

Me puse a pensar en cuantos planetas visito en mis sueños a esa misma hora, cuando al menos cien o más personas ya están en la calle buscando alimentos en ese supermercado. Multiplico por las personas que salen de su casa a esa hora para ir a otros establecimientos en Caracas. Y así, tantos más que lo hacen en el resto del país. 

Lo curioso es que durante toda su historia, la señora fue incapaz de reconocer la causa por la cual está saliendo al menos dos veces por semana a esa hora para conseguir comida, ojo, no siempre con éxito. En ningún momento se preguntó quién sería el responsable de su desgracia. Yo lo sé, y una parte del país lo sabe. ¿Cómo es que esta señora no?

Las marchas y barricadas creo cumplieron un propósito. Las primeras, demostraron que la oposición sigue activa aún pese a la inoperancia de muchas de sus caras más visibles. Las segundas, sacaron a relucir el lado más vil de un régimen que se ha puesto al margen de la legalidad. Sin embargo, no van a alcanzar nada más. Es el momento de replantear la estrategia.

Cuando hablo de replantearse no debe entenderse como replegarse. Nos ha costado tomar las calles nuevamente, y no creo debamos abandonarlas. Pero a la vez debemos trabajar a fondo para llegarle a esas personas que, como la señora, no entienden que la razón de la protesta es poner fin a su infortunio.

Como no pretendo ser un "opinador de oficio" y por el contrario espero contribuir en algo a la lucha que llevamos adelante, aquí van algunas sugerencias para que pongamos en práctica a fin de profundizar en nuestra tarea de derrocar a este Gobierno ilegítimo. No es para los "líderes". Es para gente común como tú y como yo. 

1-Evangelizar 

"¿Tiene un minuto para el Señor?" ¿Cuántas veces lo hemos escuchado? Los cristianos evangélicos han aumentado en número de manera acelerada en los últimos años. Las razones pueden ser muchas, pero las resumo en dos grandes corrientes. Primero, una sociedad moral y espiritualmente golpeada a todos los niveles. Y segundo, una campaña continua y hasta "agresiva" de "mercadeo" de la religión y la fé en el altísimo.
Es ese el mejor ejemplo que podemos tomar para educar a quienes todavía no saben (o no quieren saber) que el Gobierno es el principal responsable del desastre en el que vivimos. No podemos ver al indiferente o al rojito como enemigo. Porque, nos guste o no, necesitaremos de él para comenzar la reconstrucción del país.

Las marchas y barricadas, lejos de servir para ganar adeptos a nuestra idea, lo que hacen es ahuyentarlos. Reforzar la idea de que somos su enemigo, y que lo único que queremos es abrirle el camino al Imperialismo y bla bla bla. Créanme, que por muy idiota que nos parezca Maduro, su discurso le llega y le está llegando ahora con más fuerza a ese sector.

"Señora, ¿se da cuenta que el Gobierno es el responsable de que usted tenga que dejar su casa de madrugada, y exponerse a la inseguridad, para intentar conseguir comida?" -¿Cómo es eso mijo?... Listo... tenemos una persona ganada a nuestra lucha. Un terreno fértil para sembrar la semilla del descontesto, y por ende, del cambio.

2- Comunicación Alternativa

Si una fortaleza demostró el chavismo durante el golpe de Estado de abril de 2002, es que pudieron derrotar el blackout informativo de esos días. Si hacemos memoria, ningún medio de comunicación transmitió el domingo ninguno de los hechos que precedieron al regreso de Chávez a Miraflores. Ninguno. Nada. Cero. VTV estaba fuera del aire y su señal regresó el domingo en la noche. 

¿Cómo lo hicieron? Durante años, el Gobierno se encargó de instruir a los llamados "Círculos Bolivarianos" para el manejo de medios alternativos de comunicación, incluyendo el popular "boca a boca". No existía Twitter, Facebook, ni los avances tecnológicos de los últimos años. 

Actualmente contamos con más herramientas de la que tenía el chavismo en ese momento, sin embargo me basta con cerrar la pc o no abrir ninguna red social en el teléfono para automáticamente desconectarme de lo que ocurre en el país. No vivo en Altamira, ni Los Palos Grandes ni en Los Ruices.

¿Estamos preparados para un bloqueo total de los medios? ¿Para una caída masiva del Internet? De la mano con el proceso de evangelización, debemos mantener canales de comunicación fluidos y en línea directa desde quienes están dirigiendo la protesta, hasta el último de los opositores en el sector más lejano del país. No es una tarea sencilla, pero es fundamental para lograr el éxito.

Aquí van sólo dos. Vamos a enriquecer la protesta. Pero sobre todo, que la lucha de quienes han perdido la vida a manos del régimen, no sea en vano. Debemos replantearnos, debemos sumar. Esta es la hora.

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